con DEAD ZONE (Didier, Dany, Cristian & Paulo)
Octubre
16-10 Coronel Oviedo, Paraguay
17-10 Ponta Porã, Mato Grosso do Sul, Brasil
18-10 Foz do Iguacu, Paraná, Brasil
19-10 Ponta Grossa, Paraná, Brasil
23-10 Corrientes, Argentina
24-10 Rosario, Argentina
25-10 La Plata, Buenos Aires, Argentina
26-10 Escobar, Buenos Aires Argentina
30-10 Entre Rios, Argentina
31-10 Santa Fé, Argentina
Noviembre
1-11 Fernando De La Mora, Paraguay
2-11 Pato Branco, Paraná, Brasil
2-11 Pato Branco, Paraná, Brasil
Dianno, gira en Argentina 2008
Tal a lo rumoreado hacia mitad de año, Dianno finalmente regresó a la Argentina. Esta vez su gira fue organizada de acuerdo para tocar en ciudades periféricas a Bs. As. lo cual es justamente el ámbito perfecto para Paul. San Nicolás, Rosario, La Plata, Escobar, Moreno y Santa Fe Capital resultaron dignas de la fortuna metálica y tuvieron la dicha de recibir al más notable exponente de la NWOBHM en nuestro país.
La banda que hizo de las suyas a lado de Paul esta vez, fue un combo denominado Deadzone e integrado por músicos de Paraguay... los Corleone como el mismo Dianno acertaba en llamarlos.
En las dos primeras fechas de la gira no tuve la ocasión de estar presente físicamente por lo que la crónica comienza desde la presentación en La Plata, la cual además de ser mi cuidad por adopción hace ya muchos años, me demostró la contundencia y correcta organización de la escena local.
Capítulo I La Plata
A pesar de haber pensado en traer a Dianno, la impactante realidad de que ya se confirmaba su venida me aparecía como una idea rara. Recorrer esas calles plagadas de afectivos recuerdos de tiempos lozanos, junto a viejos amigos hoy inscriptos en la historia, se me presentaba además de increíble, como algo shockeante: que el mismísimo Paul las pisara parecía de película. Ver los afiches en el barrio que me conoció heavy por primera vez era un golpe de esos que producen aquellos estados de desencuentro que median entre la alegría y la nostalgia. Recuerdo estar fantaseando allá por febrero de 1982 sobre lo fabuloso que sería poder ver a Iron Maiden cuando apenas teníamos noticias por aquí que Paul ya no era el vocalista de la banda. Recuerdo también, apenas dos meses después, el amargo sabor que dejaba la conjunción de mi pasión por el heavy británico y mi lealtad a la causa patria de las Islas Malvinas, algo un poco parecido a mi confuso sentir actual pero con la pena y el dolor por la muerte.
Aquellos eran años auténticamente heavies, con diferentes códigos y si me lo permiten, con otra honorabilidad. Más allá de lo que en el presente rige, teníamos y vivíamos con valores muy estimables hoy por hoy desconocidos por muchos. Y, en este caso la llegada de Dianno producía que toda clase de vivencias, ahora recuerdos, volvieran al aquí y ahora. Así que, bien, estábamos más que excelentemente predispuestos a vivir una jornada gloriosa de heavy metal como nunca antes en la ciudad.
En la tarde de aquel día, las bandas que precedieron el concierto hicieron gala de producir un generoso heavy metal: Hamercros en una veta más épica en ocasiones similares a Cirith Ungol o Manilla Road y luego el turno de Bayron, valuarte local que ya ha ido adquiriendo un muy buen renombre a merced de su trayectoria.
La aparición de Dianno en el marco de sus inicios con Maiden, daba apertura a una fiesta mayor. Paul estuvo sobre un distinguido escenario, muy amable y bastante congraciado con el público. Durante poco más de una hora todos sus clásicos fueron diciendo presente uno tras otro, dejando atónita a la concurrencia allí apostada. La voz de Dianno estuvo mejor que en ocasión de La Trastienda y su banda más acorde al espectáculo.
Como corolario, el show en La Plata no sólo resultó un acto de gran emotividad sino que demostró el potencial local de bandas heavies sumado a una sobria aunque acertada organización en un local correctamente elegido sin olvidar a un público sumamente respetuoso pero que disfrutó cada instante de éste valuarte del heavy que nos visitó.
Capítulo II EscobarEl siguiente paso fue seguir a Dianno hasta la capital floral bonaerense, Escobar.
La experiencia resultó ser grata, como suele suceder, visitando a Paul poco antes de subir al escenario, hallándolo con un inmejorable buen humor, y viviendo junto a él esa intriga que en pocos momentos más se dilucidará frente a su gente.
Alcancé a llegar a los dos últimos temas (uno un cover de Trust) de la banda Zoofilia, que según creo ya estaban acostumbrados a manejarse en ese lugar. El Patio, lugar del concierto, no es más que un recinto pequeño donde los presentes éramos demasiados.
La llegada de Paul al escenario no fue muy positiva y del todo feliz, habida cuenta de lo reducido e incómodo que resultaba todo. Pero, con algunos problemas técnicos, Dianno y su banda dieron arranque deslumbrando a un fervoroso público que con su calidez cumplió la cuota que El Patio debía.
Demasiado tarde, y tras otra jornada con un calor insoportable, nos retirábamos satisfechos con nuestra dosis de heavy metal.
Capítulo III Santa Fe
La tercera y última visita fue también la postrera presentación de Dianno antes de regresar a Europa.
El ámbito era esta vez un festival metálico en Santa Fe, organizado por el amigo Panky y al que concurrí honrado con su invitación.
Paul hacía una semana que estaba alojado en la ciudad de Santa Fe y se lo notaba muy contento y relajado, disfrutando como si de unas mini vacaciones se tratara.
El festival había sido trasladado al Gimnasio Don Bosco, un sitio de mayor capacidad debido a la gran demanda de entradas desde varias de las provincias norteñas y mediterráneas argentinas.
En el salón podía observarse un sector donde se vendían discos, cds, dvds, remeras, afiches, y otro sector de comidas. Todo muy ameno y bastante bien organizado y muy parecido a lo que sucede en los conocidos festivales europeos.
El público presente era notoriamente heavy, como dicen por ahí, de la vieja escuela. Fue sumamente grato para mi conocer nuevos fans y reencontrarse con algunos viejos conocidos. Me llamó profundamente la atención la gran variedad de edades de los asistentes y especialmente la gran cantidad de gente muy joven.
Cuatro bandas precedían el cierre de Dianno; todas tocaron con tranquilidad, en su tiempo, siendo muy bien recibidas y apreciadas por todos los allí presentes. Personalmente me impactaron los locales Excalibur, con un neto estilo heavy como personalmente me gusta, y Trident, antiguos legionarios metálicos presentes en infinidad de batallas.
El ingreso de Paul sobre las tablas se produjo muy entrada la madrugada y a pesar del descanso extra del que gozó durante esos días, se lo notó un poco agotado casi desde el mismo comienzo.
Creo que el factor horario no lo favoreció en absoluto aunque de todos modos nadie se dio cuenta y Paul hizo lo imposible por aparecer los más activo y animado sobre el escenario.
El marco final fue totalmente emotivo con la gente cantando los clásicos de Dianno y Maiden a viva voz en medio de la noche.
Luego quedó el saludo y la despedida hasta la próxima ocasión.
Epílogo
En estos tiempos de crisis de toda índole, en este caso relacionado con el heavy, es muy grato saber que aún hay gente haciendo auténtico heavy metal por todo el mundo y que también quedan buenos oyentes por ahí. Dianno no solo cumple con lo que promete sino que lo torna por completo disfrutable, hecho que en época de crisis se convierte en todo un lujo.
Gabriel Gonzalez
No crean todo lo que Dianno dice, él quiere al heavy metal. Si no haría otra cosa.
